Icpalli, asiento para dioses o asiento de reyes, palabra de origen Náhuatl que se castellanizó como equipal que significa asentadero.
Los Icpalli representados en Codice Mendoza (-1541 - 42) son asientos bajos y planos, tejidos de carrizo, con respaldos altos y sin pedestal, cuya posesión era un privilegio; tributo que tenían que entregar los pueblos del reino Tepaneca conquistados por Izcóatl. El Icpalli se utilizaba como trono ritual reservado para el sumo sacerdote o autoridad mayor.
La tradición del Equipal viene de un pasado mítico, desde antes de que Hernán Cortés pisara tierra azteca, teniendo su origen quizá hace más de mil años y convirtiéndose en símbolo de este pasado, de la historia de un pueblo, de sus costumbres y de sus creencias.
Al dios Ometecuhtli lo colocaban en la región más alta de los cielos, un lugar llamado Omeyóacan. Pintábanlo sentado en un Icpalli real, adornado de riquísimas plumas y de los símbolos de la luna y de la estrella de la tarde, teniendo sobre la frente, en su tocado, el signo de la luz
El trono, la litera del Tlatoani recién electo, era el Cuauhicpalli, -asiento del águila
Los laureles conquistados en la noche triste, pertenecen principalmente a Cuitlláhuac, que por entonces había ocupado el Icpalli del imperio. Según la historia, los Equipales eran considerados por las culturas prehispánicas como tronos, asientos dignos de los dioses; materializando su importancia al ser símbolo de poder y testimonio de diferentes estatus sociales, pues estaban reservados para los alcaldes mayores, sacerdotes y caciques, para honrar y destacar a quien se lo merecía. Aparecen descritos a partir del códice mendocino como asientos bajos y planos, tejidos de carrizo con respaldos altos y sin pedestal, cuya posesión era privilegio de los señores.
Los Aztecas, al conquistar las diferentes naciones de lo que hoy es México, fueron los que nos dejaron la herencia de este mueble, junto con su sentido de importancia.
Los descendientes de los náhuatls son los Huicholes, quienes conservando por siglos su cultura, continuaron con la antigua tradición de los Equipales. Taburete con respaldo y brazos, el cual conforme al mito representa la flor de sotol, la planta secular de prominente carácter en la tradición de los Huicholes, de la que extraen el aguardiente nativo.